Los sistemas de aire acondicionado funcionan con refrigerante R32, Freón o R410-A. Sea como sea, todos los gases refrigerantes son CFC, una sustancia que debe controlarse con cuidado. Una fuga de CFC no solo significa un desperfecto que puede dañar seriamente el sistema, también puede resultar muy perjudicial para la salud y para el medio ambiente.
Una fuga de refrigerante provocará que la sustancia se convierta en gas. Si la fuga se encuentra dentro de la casa, la exposición a corto plazo del CFC puede provocar náuseas y dolor de cabeza, llegando a provocar asfixia y toses en periodos más prolongados.
Continuar usando la unidad de aire acondicionado con una fuga puede provocar un mayor consumo de electricidad y más presión sobre el compresor. Esto puede derivar en un fallo irreversible que aumentará significativamente el coste de la reparación que si se hubiese solucionado la fuga a tiempo.
Existen varias causas por las que se pueden dar fugas en el sistema de aire acondicionado, una de las más habituales es el desgaste de las tuberías por algún aumento de presión, lo que las lleva a desquebrajarse en algún lugar del recorrido.
Otra causa común es la derivada de una falta de mantenimiento por no cambiar los gases o por utilizar líquidos refrigerantes de baja calidad, así como la falta de limpieza.
Por último, una mala instalación puede ser la causa de una fuga. Una soldadura que no se haya hecho de forma correcta puede tener poros que con el tiempo se expandirán, dando lugar a un escape del gas del aire acondicionado.
En el preciso momento en el que hay sospechas de fuga hay que dejar de utilizar el aparato y avisar a un técnico certificado que disponga de herramientas y conocimientos para diagnosticar el equipo debidamente.
Para comprobar la presión en la salida de los cilindros de nitrógeno es importante utilizar válvulas reguladoras de presión. En una primera prueba se deben presurizar las líneas de cobre para comprobar las soldaduras, si las hubiesen.
En la segunda prueba hay que presurizar todo el sistema para comprobar las conexiones, bridas y bobinas. Es recomendable mantener la estanqueidad durante 24 horas para poder obtener un resultado satisfactorio.
Hay que tener en cuenta que la presión del nitrógeno puede variar dependiendo de la temperatura exterior. Para no tener una medición errónea hay que utilizar una fórmula correctora. De esta manera, si la presión del nitrógeno varía 1.45 PSI con cada grado de temperatura Celsius significa que hay una fuga.
Por poner un ejemplo, si cargamos a 600 PSI y la temperatura externa es de 24 ºC, pasadas las 24 horas, si la temperatura es de 22ºC y obtenemos 597 PSI significa que no hay fugas, ya que 600 PSI,menos 2.9 (2 x 1.45), nos da como resultado 597. En caso de que la presión haya descendido más, quiere decir que tenemos una fuga.
Para localizar el punto exacto en el que se encuentra la fuga, se puede utilizar un detector de gas halógeno, una herramienta muy eficaz para localizar los puntos que necesitan una reparación o las piezas que precisan recambio.
A la hora de realizar una reparación o las labores de mantenimiento en tu equipo de aire acondicionado no te la juegues y utiliza materiales de la mejor calidad. En Surec trabajamos con las mejores marcas y disponemos de todo tipo de recambios y piezas para aire acondicionado de todas las marcas y modelos. Tan fácil como dar un click y recibirlo en tu casa. Además, si tienes cualquier duda, puedes consultar a nuestro equipo de técnicos en atención al cliente. ¿A qué esperas? ¡Qué el verano no te pille sin frío!
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