Las encimeras vitrocerámicas están compuestas por placas de cristal que tienen mucha resistencia al calor y que, a su vez, son capaces de transmitirlo con mucha velocidad. Este cristal separa el recipiente que se esté utilizando de la resistencia alimentada por electricidad.
Los fogones se encienden gracias a un botón o mando de vitrocerámica que permite regular la potencia, incluso existen modelos que cuentan con un botón de bloqueo para evitar accidentes.
Entre las ventajas de utilizar una vitrocerámica encontramos que, al igual que el gas, acepta todo tipo de recipientes. También se calientan de forma progresiva, lo que puede venir bien a la hora de cocinar ciertos alimentos que pueden quemarse si se calientan demasiado rápido, para otros momentos, quizá esto sea una desventaja.
Otra ventaja de la vitrocerámica es que es fácil de limpiar. Al tratarse de una superficie lisa, como mucho será necesario algún tipo de producto desengrasante o desincrustante para retirar la suciedad. Además, si se quedan pequeñas impurezas en la placa, continuará funcionando, ya que el material puede conducir el calor a través de ellas.